Este segundo domingo de mayo en el Perú será una fecha muy alegre para algunos y muy triste para otros; particularmente este año de pandemia en el que muchas familias han perdido a uno o más miembros de su familia.
Por Jaime Ancajima. 09 mayo, 2021.Este segundo domingo de mayo en el Perú será una fecha muy alegre para algunos y muy triste para otros; particularmente este año de pandemia en el que muchas familias han perdido a uno o más miembros de su familia.
A pesar de los momentos difíciles que atravesamos, siempre debemos celebrar la presencia de nuestra madre o venerar su recuerdo con todo nuestro amor pues es, sin duda alguna, el centro y pilar de la familia y, por ende, de la sociedad.
Permítanme, a través de esta pequeña historia, rendir un profundo homenaje a todas las madres y contarles brevemente sobre mi maravillosa mamá, doña Rosa Elvira Alama Silupú, quien partió de este mundo el 19 de noviembre del 2018.
Rosa Elvira, al igual que muchas muchachas humildes del campo, llegó a esta ciudad en donde trabajo sin descanso por más de 50 años, haciendo de todo: cocinando, lavando, trapeando, barriendo, comprando en el mercado, y mucho más, los 365 días del año, para sacar adelante a sus 5 hijos.
No tengo más que palabras de agradecimiento, reconocimiento, amor, orgullo y mucha paz por haber tenido tan guerrera madre, quien nos acompañó hasta sus 94 años, dejando un maravilloso legado de servicio, entrega, pujanza, lucha y trabajo a todos nosotros: ¡5 hijos, 12 nietos, y 20 bisnietos!
No puedo negar que extrañamos mucho su presencia física; pero, fue tanta su entrega y trabajo por todos nosotros, que estaré eternamente agradecido a Dios, a la vida y a ella, mi madre, por todo lo que nos dio, nos enseñó, nos alimentó, nos educó, y nos sacó adelante, sola, sin un compañero, esposo o padre.
La escritora inglesa Agatha Christie dijo: “El amor de una madre por un hijo no se puede comparar con ninguna otra cosa en el mundo. No conoce ley ni piedad, se atreve a todo y aplasta cuanto se le opone”; la escritora estadounidense Helen Rice acotó: “El amor de una madre es paciente y comprensivo, cuando todos los demás te abandonan nunca falla o flaquea, aunque su corazón se esté rompiendo”. Nosotros debemos decir: si mi madre no hubiera sido como fue, yo no sería como soy. Se necesita a alguien fuerte para hacer que otro también lo sea.
Si tienen la dicha de la presencia de su madre, demuéstrenle cuánto la aman y cuánto merece. Agradézcanle todo lo que hace por ustedes y den gracias a Dios que nos envió a una madre como muestra de su infinito amor por nosotros.
Este Día de la Madre regalemos nuestras oraciones por el eterno descanso del alma de las mamás que ya no están en este mundo y por las que luchan contra alguna enfermedad. Y, también, ¡muchas bendiciones para las madrecitas aquí en la tierra!
Este es un artículo de opinión. Las ideas y opiniones expresadas aquí son de responsabilidad del autor.